Cuando alguien cercano a nosotros sufre un ictus, nuestra vida cambia por completo. Y es que de la noche a la mañana nada vuelve a ser igual. Afrontar esta situación y saber cómo debe ser nuestra comunicación con el enfermo es algo de vital importancia. Ya que por norma general el miedo y la falta de información, limita la forma de comunicarse con el enfermo. Y es que quien no haya pasado por la situación, no sabe lo que implica, tener a partir de ahora en su vida una persona que ha sufrido un ictus.

Por ello, es importante comprender que habrá muchas cosas que han cambiado y van a cambiar. Y como nuestra forma de comunicarnos influirá directamente en la recuperación del enfermo.

5 cosas a tener en cuenta para mejorar la comunicación tras un ictus.

Una buena comunicación es algo fundamental en cualquier convivencia, pero más tras la presencia de un daño cerebral. Y es que facilitar la comunicación no sólo ayudará en el día a día al enfermo y su familia. Sino que evitará también una mala neuroplasticidad negativa que evitará secuelas producidas por un manejo inadecuado.

 

1. Hablarle siempre desde el «lado más afecto».

Tras una lesión cerebral es frecuente que un lado del cuerpo presente un nivel de actividad menor. Es por ello, que la mayor parte de las familias proporcionan los estímulos desde el lado menos afecto o como se le suele llamar «lado sano». Al creer que esta es la única forma de que el paciente reciba e integre la información. Sin embargo, esta forma de actuar es errónea. Ya que para aumentar la actividad en el hemicuerpo más afectado (lado más afecto) se debe dirigir todos los estímulos hacia ese lado. Por lo tanto, para hablar, ayudar o mover al enfermo con daño cerebral, es importante hacerlo siempre desde el lado más afecto. Ya que esto va a permitir favorecer la atención hacia ese lado mejorando con ello los mecanismos desde neuroplasticidad favoreciendo con ello su recuperación.

2. Hablarle al enfermo como un adulto y no como si fuera un niño.

Mantener una conversación natural y apropiada a la edad del enfermo es fundamental. Por ello, es importante tener en cuenta que debemos ser pacientes y compresivos. Evitando fingir que entendemos a la persona cuando no es así. Ya que es mejor pedir que repita lo que ha dicho, pero sin insistir demasiado cuando no se comprende para evitar la frustración.

3. Asegurarnos de que el enfermo con ictus nos está entendiendo.

Para ello es importante hablar despacio, de forma sencilla y con frases cortas. Respetando los turnos de habla y el contacto ocular. Y es que en ocasiones la mejor forma de comunicarnos es adaptándonos los unos a los otros. Por ello, si la persona no puede entenderte no grite. Ya que gritar no va a ayudar.

4. Minimiza distracciones y ambientes ruidosos.

Proporcionar un ambiente tranquilo y sin ruidos externos favorecerá la comunicación personal con el enfermo.

5. Dar tiempo a la persona con ictus para que se exprese y comunique.

Para ello es importante evitar dejar a la persona fuera de la conversación. Y es que aunque le resulte difícil comunicarse o comprender lo que se le dice. Se debe estimular cualquier tipo de comunicación. Por ello, no completes sus frases, no te adelantes a lo que quiere decir. Y siempre y cuando quieras hacerle una pregunta, hazla de tal forma que está pueda responderse con un simple sí o no.

Y es que no olvides que las dificultades comunicativas y la propia lesión cerebral puede hacer que en ocasiones no comprendas lo que le pasa. Pero la mejor forma de hacerlo es dedicarle tiempo, esfuerzo y dedicación.

Natalia Otero

Terapeuta Ocupacional
982873799