¡El verano ya está a la vuelta de la esquina! Y con la llegada de esta época del año, nuestros pies adquieren todo el protagonismo. ¿Crees que tus pies están preparados para el buen tiempo?

Nuestros hábitos cambian y quién más lo va a sufrir son nuestros pies, ya que van a estar más expuestos que nunca. Para que esta época del año no sea un problema y nuestros pies tampoco, puedes seguir los consejos que vienen a continuación para cuidar nuestros pies sin mucho esfuerzo.

 

¿Por qué debo cuidar más mis pies en verano?

Cómo ya hemos dicho, en esta época del año los pies van a estar más expuestos a factores externos después de estar protegidos el resto del año. Nuestros hábitos cambian, cambiamos el tipo de calzado y nuestros pies van a estar en contacto directo con el suelo y otras superficies. Para evitar sufrir posibles patologías e infecciones os damos una serie de consejos para cuidar nuestros pies, así cómo, para proteger nuestra piel.

 

PREVENCIÓN Y CUIDADOS

CALZADO: el uso de chanclas debería limitarse como protector en aquellas superficies húmedas como piscinas, vestuarios y duchas públicas, ya que el riesgo de contagio de ciertas patologías como hongos o virus del papiloma humano es alto. Por esta razón, tampoco es recomendable compartir su uso.

El uso de chanclas en nuestro día a día y períodos prolongados provoca una modificación en nuestro patrón de la marcha, provocando una marcha inestable. Esto conlleva a que podamos sufrir ciertas patologías como la tendinitis, fascitis plantar o dedos en garra, entre otras. Por esto, debemos utilizar un calzado transpirable y abierto. Debemos evitar una suela fina y plana.

PROTECCIÓN SOLAR: ¿Cuántas veces nos olvidamos de echar protección solar en nuestros pies? Al igual que el resto del cuerpo, nuestros pies también van a estar expuestos a la radiación solar. Debemos utilizar protector solar en todo el cuerpo, incluidos nuestros pies ya que pueden sufrir quemaduras.

HERIDAS Y ROZADURAS: son un problema muy común en esta época del año ya que los pies están totalmente expuestos y la fricción entre el calzado y el pie aumenta al no utilizar calcetines que protejan nuestra piel. Se aconseja curar la herida y dejar de utilizar ese calzado para evitar que se agrave la situación. En el caso de que se formen ampollas, se deben vaciar y aplicar povidona yodada para su resolución. Nunca se debe retirar la ampolla ya que esa piel sirve de autoprotección de la zona.

HIDRATACIÓN: una acción de gran importancia en nuestro día a día, pero especialmente en verano, debido a la mayor exposición de nuestra piel. Para un mayor cuidado de nuestros pies, debemos aplicar crema específica para pies.

SECADO: debemos prestar especial atención entre nuestros dedos, ya que muchas veces es una zona que pasamos por alto. Si mantenemos esta zona constantemente húmeda aumentaremos nuestras posibilidades de padecer hongos.

VISITAR AL PODÓLOGO: la mejor manera de cuidar tus pies es la de ponerte en manos del podólogo. Debemos realizar de forma periódica tratamientos quiropodológicos, dependiendo de las necesidades de cada uno. Este tratamiento nos va a eliminar el exceso de callosidades o durezas, a mantener nuestras uñas cortadas y limadas correctamente y a que nuestros talones estén en óptimas condiciones. Disminuyendo así nuestras probabilidades de sufrir patologías u otros problemas.

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