La enfermedad renal crónica (ERC) es la pérdida de la capacidad del riñón para filtrar la sangre y eliminar a través de la orina los productos de desecho que se generan.
Las causas más frecuentes de IRC son
- Deshidratación grave
- Diabetes
- Necrosis tubular
- Consumo de determinados fármacos que conducen a toxicidad de las nefronas
- Trastornos vasculares, como la hipertensión arterial
- Cáncer pélvico
- Cálculos renales
Mediante una analítica sanguínea podemos ver la funcionalidad renal teniendo en cuenta los siguientes parámetros:
- Depuración de creatinina
- Niveles de creatinina
- Nitrógeno ureico en la sangre (BUN)
El análisis de orina también detectará presencia de proteína
Es característico la elevación de la tensión arterial que ocurre desde las primeras etapas de la enfermedad. El manejo de la hipertensión logrará preservar la funcionalidad renal.
(Fuente: MedlinePlus)
ALIMENTACIÓN EN ENFERMEDAD RENAL CRÓNICA
Cuando las nefronas renales no filtran bien, agua y otros productos pueden acumularse generando problemas a varios niveles. En función de la etapa de la enfermedad, deberemos tener cuidado con:
- Líquidos
- Proteínas
- Potasio
- Fosforo
- Sodio
Líquidos
Los líquidos que no se eliminen, se retienen elevando la tensión arterial y alterando la funcionalidad de otros órganos como el corazón.
Si estamos en una fase de alta restricción hídrica, un truco para calmar la sed es mojar los labios con un cubito de hielo.
Proteínas
El metabolismo de los aminoácidos genera urea que necesita ser eliminada por orina. En ERC es necesario controlar (que no eliminar) el consumo de proteínas.
Las proteínas pueden ser vegetales (legumbres y derivados) o animales (lácteos, huevo, carne, pescado, marisco).
En el grado I, II y III la ingesta debe ser de 0,8-1 g de proteína al día por kg de peso corporal. En estadíos más avanzados la limitación es de 0,6-0,8 g por kg al día.
Potasio
El potasio se encuentra en verduras, frutas, tubérculos y legumbres. Lo positivo de este micronutriente es que es soluble en agua, por lo que con técnicas adecuadas podemos reducir su ingesta:
- Cortar los alimentos ricos en potasio en trocitos pequeños y remojar al menos 12 (cambiado, al menos una vez, el agua de remojo).
- Hervir estos alimentos y eliminar el agua de cocción
- Utilizar verduras congeladas
Debemos evitar las sales sin sodio, puesto que aportan mucha cantidad de potasio
Fósforo
El fósforo se encuentra en múltiples alimentos: carnes, pescados, frutos secos y semillas, cereales… Si necesitamos controlar la cantidad de fósforo debemos:
- Consumir las carnes y pescados hervidos
- Evitar los cereales integrales (pan, arroz, pasta…) que aportan mayor cantidad que los blancos.
Sodio
El sodio se encuentra de forma natural en algunos alimentos, aunque el mayor aporte lo hacemos con el consumo de sal o productos salados. Además de no echar sal a las comidas, debemos tener cuidado con los siguientes alimentos:
- Pan
- Conservas tanto de pescado o marisco como de verduras y encurtidos (pepinillos, aceitunas…). Si los consumimos, debemos remojarlos en varias aguas
- Fiambres, sopas enlatadas, caldos…
- Quesos
Estas recomendaciones dependerán del grado de la enfermedad renal crónica, así como de complicaciones que pueden surgir. Si necesitas un dieta personalizada y acorde a tu situación particular contacta con un nutricionista que te explique y te adapte la alimentación.