ictus

El ictus es a día de hoy una de las patologías neurológicas de mayor incidencia. Considerándose una patología grave con importantes consecuencias en nuestra sociedad. Debido a las implicaciones sanitarias y sociales que supone.

No obstante, en la actualidad el ictus todavía sigue siendo una patología muy desconocida para la mayor parte de la población. Lo que provoca en ocasiones falsas creencias en relación a sus causas, pronóstico, evolución y tratamiento. Y aunque estas ideas generalizadas sean erróneas desde un punto de vista científico. El problema viene dado, cuando dicha idea causa preocupación e incluso decisiones no acertadas en relación a su prevención y tratamiento.

Por ello, hoy vamos a aclarar los 3 mitos más relevantes en relación al ictus. Con el fin de establecer que es cierto y que es falso en relación con algunas ideas comunes sobre el.

 

El ictus llega sin avisar

El ictus ha aumentado en los últimos años un 20%, considerándose en la actualidad la enfermedad del siglo XXI. Por norma general, el ictus llega sin avisar. No obstante si bien es cierto que hay diversos factores que si se controlan pueden ayudar a evitar un ictus. Ya que un 80% de los casos podrían evitarse mediante un estilo de vida saludable y el control de los factores de riesgo más comunes.

Por ello, no se puede pensar que el ictus llega de imprevisto y sin avisar. Ya que nuestro cuerpo avisa mediante diferentes señales de alarma que algo no va bien (hipertensión, diabetes, sobrepeso, problemas de corazón, etc).

Asique en nuestras manos esta, el tener un estilo de vida saludable y controlar todos aquellos factores de riesgo modificables. Con el fin de evitar una de las enfermedades con mayor índice de dependencia y discapacidad.

El ictus solo afecta a personas mayores

Este es uno de los mitos más instaurados en nuestra sociedad. Y es que a pesar de que la edad es uno de los factores de riesgo para sufrir un ictus. Esto no quiere decir que las personas mayores sean las únicas que sufran un daño cerebral. Ya que a pesar de lo que se pueda pensar, el ictus afecta a cualquier persona, independientemente de su edad. Por ello, los adultos jóvenes y niños también están expuestos a este tipo de enfermedad y sus secuelas. Tal y como se puede observar, en los últimos estudios realizados por el Observatorio del Ictus, cada vez es más común que el ictus se produzca en personas menores de 55 años. Debido principalmente en estos a loz malos hábitos de alimentación y al sedentarismo.

Solo se recuperan capacidades en los primeros seis meses tras la lesión cerebral

Este es uno de los mitos que más daño y preocupación genera en los pacientes con daño cerebral y sus familias. Y es que a pesar de que la rehabilitación tras un ictus debe comenzar lo antes posible para aprovechar los mecanismos de neuroplasticidad del cerebro. Esto no quiere decir que finalizado los primeros seis meses tras la lesión la persona ya no vaya a recuperarse. Porque como ya os comente en un post anterior, el cerebro es plástico y siempre puede aprender y mejorar, incluso con el paso de los años. No en tanto, hay que tener en cuenta que:

  • Cada ictus daña el cerebro de quién lo recibe en forma distinta.
  • Y cada persona que sufre un ictus es diferente y por lo tanto su recuperación también lo será.

Con esto quiero decir que a pesar de que es cierto que en los primeros 2-3 años tras el ictus, las mejoras son más evidentes (siempre en base a aquello que se hace…). Esto no significa que a partir de ahí no haya nada que hacer. Ya que a partir de ese momento hay que tener en cuenta que las mejoras serán más graduales y dependeran de la capacidad fisiológica de la persona para recuperarase. Y sobre todo de las manos del terapeuta que lo trate.

Por ello, es importante tener en cuenta que siempre es oportuno tratar de mejorar la calidad de vida del enfermo con daño cerebral. Intentando acercarnos a aquella recuperación que la naturaleza ha puesto a su disposición. Y es que esta claro que tras un daño cerebral tanto el enfermo como su familia cambian de vida. No obstante, la manera de llevar la enfermedad, aceptarla, afrontarla y convivir con ella depende de cada uno. Por ello, no te rindas, busca ayuda profesional y ten claro que la mayor limitación es uno mismo.

Natalia Otero Pazos

Terapeuta Ocupacional-Especialista en rehabilitación neurológica
666126522