La rehabilitación neurológica o neurorehabilitación es a día de hoy una de las grandes desconocidas. Y es que, a pesar de la importancia que tiene ésta en la calidad de vida del enfermo tras sufrir un daño cerebral o ser diagnosticado de una enfermedad neurodegenerativa. Todavía son muchas las personas que creen que nada se puede hacer. En ocasiones debido al desconocimiento, dado que los médicos, neurólogos y otros profesionales de la salud, no han explicado cuáles son las consecuencias y limitaciones de la enfermedad. Y otras veces, debido a la dificultad para comprender la importancia de la rehabilitación especializada en este tipo de pacientes.

Ya que en muchas ocasiones se cree que cualquier servicio de rehabilitación vale para tratar a pacientes neurológicos. Y es en ese instante, en el cuál, me veo obligada a responder a todos aquellos que creen que todo vale con un NO rotundo. Y es aquí cuando todos os preguntareis ¿Y porqué?. 

Pues porque un paciente neurológico no puede ser tratado de manera similar a cualquier otro paciente sin lesión neurológica. Puesto que sus necesidades y problemas son muy diferentes de las del resto de pacientes. Y como tal, precisan tratamiento terapéutico especializado.

 

Pero, ¿En que se diferencia la rehabilitación neurológica de la rehabilitación convencional?

La rehabilitación neurológica o neurorrehabilitación tiene como principal objetivo devolver a la persona afectada por una lesión en el Sistema Nervioso Central el mayor grado de funcionalidad y autonomía en su vida diaria. Basándose para ello, en los principios de la neurociencia, concretamente en el principio de neuroplasticidad. El cual permite que el Sistema Nervioso Central sea susceptible de modificar su función y su estructura según las influencias endógenas o exógenas que aparezcan. Con el fin, de dar respuesta a diferentes lesiones, modificaciones del entorno, demandas fisiológicas y experiencias.

Sin embargo, a pesar de que la neuroplasticidad contribuye a la recuperación motora tras sufrir una lesión cerebral. A través de la adquisición de nuevas habilidades y compensación de funciones pérdidas. Se debe tener en cuenta, que la propia lesión cerebral, junto con el entorno que rodea a la persona van a dirigir esta neuroplasticidad hacia un sentido positivo o negativo. De tal forma, que se puede potenciar la función motora y favorecer el proceso de recuperación funcional. O por el contrario, se puede debilitar la función motora y limitar su recuperación.

¿Y esto que quiere decir?

Pues que la neuroplasticidad es la base fundamental para la rehabilitación de cualquier patología cuyo origen sea neurológico. Y de ahí la gran complejidad que supone el tratamiento en neurorehabilitación. Ya que el desafío de una adecuada rehabilitación neurológica viene dado por la capacidad del terapeuta de aprender lo suficiente sobre los mecanismos de neuroplasticidad. Con el fin de lograr modularlos y guiarlos, para formar nuevas conexiones neuronales que den como resultado una adecuada neuroplasticidad positiva. La cual, permita crear vías de conexión fuertes a través de movimientos funcionales. Los cuáles marcarán un aprendizaje motor positivo. Permitiendo de esta forma la consecución de la máxima funcionalidad posible según cada caso.

De ahí la importancia de que la rehabilitación neurológica se realice por profesionales especializados y con experiencia en el campo de la neurorehabilitación. Ya que una adecuada rehabilitación realizada por profesionales altamente cualificados, mostrará resultados positivos en el enfermo. Al proporcionar una rehabilitación efectiva en los casos de daño cerebral. O una estimulación adecuada para enlentecer el avance de la enfermedad en el caso de patologías neurodegenerativas. Mejorando así la funcionalidad, autonomía y calidad de vida del enfermo y su familia.

 

Por ello, es importante que…

en el momento que un familiar o ser querido presente una lesión cerebral busquéis ayuda. Pero no en cualquier clínica, sino en una especializada en neurorehabilitación. Donde el tratamiento se enfoque en el paciente como centro y la neurociencia como base. Ya que de no ser así, lo único que se va a conseguir es que el paciente potencie una neuroplasticidad negativa que puede generar:

  • Limitaciones en el proceso de recuperación.
  • Sensación del enfermo de no apreciar mejorías.
  • Y en muchos casos el abandono de la terapia al pensar que ésta no vale para nada.

Por ello, no lo dudes y busca ayuda profesional especializada ya que… «una vida salvada, merece ser vivida».

Natalia Otero Pazos

Terapeuta Ocupacional-Especialista en rehabilitación neurológica
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