
La resistencia a la insulina es la incapacidad de la insulina para meter la glucosa dentro de las células. La insulina es una hormona pancreática encargada de regular la glucosa en sangre. Cualquier alteración en la producción o función de la insulina da lugar a acumulación de glucosa en sangre, lo que se conoce como hiperglucemia.
¿Cómo se produce?
Las células del músculo, miocardio y tejido adiposo tienen receptores de glucosa conocidos como GLUT4. La insulina se une a estos receptores y permite la entrada de moléculas de glucosa en la célula; funciona como una llave que abre las células.
La glucosa en la célula se utiliza para producir energía o se almacena como grasa en el interior celular. Que se produzca una situación u otra dependerá del gasto energético y del consumo de glúcidos o carbohidratos. Si la ingesta de estos compuestos es elevada y no se compensa con gasto energético, la grasa intracelular aumenta, causando carga oxidativa excesiva e inflamación. Llega un momento en que las células no admiten más producción de grasa y “bloquean” los receptores de insulina. El resultado es una elevación de la producción de insulina por las células beta pancreáticas para intentar reducir la glucosa.
Diagnóstico
Además de una analítica completa con los valores de glucosa, hemoglobina glcosilada (HbA1c), perfil lipídico… el mejor parámetro para conocer si existe resistencia a la insulina es el índice HOMA-IR. Este índice se calcula con los valores séricos de glucosa e insulina en ayunas.
La hiperinsulinemia e hiperglucemia tiene efectos a varios niveles:
- Dificultad para perder peso. A pesar de que puede presentarse un % de grasa corporal elevado, existe una gran resistencia a reducir la grasa. La razón es que la glucosa que se consume ya no se utiliza para producir energía, sino que se está almacenado como grasa. Las células pasan de utilizar la glucosa como sustrato energético a utilizar la grasa, por lo que primero necesitamos revertir esta situación.
- Dislipemias (aumento de triglicéridos y colesterol LDL y disminución del HDL).
- Alteración en el metabolismo del ácido único.
- Aumento de proteínas que favorecen el desarrollo de trombosis.
- Síndrome de ovarios poliquísticos. La insulina elevada aumenta la producción de andrógenos en el ovario, causando oligoamenorrea, hirsutismo y/o acné.
- Mayor riesgo de diabetes tipo II y síndrome metabólico.
Prevenir o revertir la resistencia a la insulina
El estilo de vida es clave para evitar o revertir la resistencia a la insulina:
- Actividad física. La práctica diaria de ejercicio, especialmente ejercicio de fuerza, permite utilizar la glucosa como fuente de energía
- Evitar azúcar libre y alimentos con un alto índice glucémico, para evitar los picos de glucosa
- Alimentación antiinflamatoria. La oxidación de la grasa en el interior de la célula produce un estado de inflamación que dificulta la funcionalidad de los receptores dependientes de insulina.
- Descanso y reducción del estrés. El aumento del cortisol favorece la resistencia periférica a la insulina. Es importante tener un buen descanso nocturno y manejar el estrés.
