La Sensibilidad al gluten no celiaca es una enteropatía muy similar en cuanto a síntomas al Síndrome del intestino irritable que responde positivamente a la retirada del gluten. Es más frecuente en adultos que en niños y suele aparecer a una edad de 20-50 años, aunque puede aparecer a cualquiera edad. Es más común en mujeres adultas pero jóvenes, si bien, no se conocen factores de riesgo para esta sensibilidad.
SÍNTOMAS
Clínicamente se presentan síntomas gastrointestinales y no gastrointestinales:
- Distensión abdominal
- Dolor
- Alternancia de diarria y estreñimiento
- Dolor de cabeza
- Fatiga
- Eczemas o urticarias
- Dolores articulares
DIAGNÓSTICO
La Sensibilidad al gluten no celiaca no parece tener una base hereditaria, ni tan siquiera alérgica. A pesar de que algunas manifestaciones alérgicas (urticaria, asma, edema labial, etc.) podrían sugerir la presencia de un trastorno mediado por IgE, las pruebas inmunoalérgicas referentes al trigo (Ig E) son normales. El diagnóstico es mucho más complicado que en la enfermedad celíaca puesto que no hay marcadores ni daños visibles en mucosa intestinal y se hace prácticamente por exclusión, en base a la historia clínica y descartando la enfermedad celíaca y la alergia al trigo. En este sentido, ESPGHAN (Sociedad Europea de Hepatología y Nutrición Gastroenterología Pediátrica) creó una serie de criterios que sirven de ayuda a la hora de establecer el diagnóstico:
- La ingestión de gluten ocasiona la aparición precoz de los síntomas intestinales y extraintestinales.
- Los síntomas desaparecen rápidamente tras la retirada del gluten de la dieta (a veces la mejoría se comprueba con una prueba de desafío, la cual debe realizarse tras al menos 3 semanas sin ingestión de gluten).
- La reintroducción de gluten puede provocar de nuevo la sintomatología.
- La Ig E específica para el gluten o el trigo y el skin prick test (prueba de punción cutánea para la alergia) son negativos.
- Los anticuerpos anti-tTG, anti-EMA y anti-DGP son negativos.
- Los anticuerpos AGA pueden ser positivos en el 40-50% de los pacientes.
- La mucosa duodenal se encuentra normal o con un leve aumento de los IEL.
- Los genes HLA-DQ2 o HLA-DQ8 se encuentran positivos en el 40% de los pacientes (frente al 90-95 % y 5 % respectivamente que encontramos en las personas con enfermedad celíaca). Sin embargo, la expresión de HLA-DQ2 y HLA-DQ8 se observa en el 30% de la población general.
TRATAMIENTO
- Una dieta sin gluten mejora los síntomas. Sin embargo, la dieta sin gluten no es inocua y su uso se debe limitar al ámbito clínico y siempre bajo supervisión profesional. La dieta sin gluten en la Sensibilidad al gluten no celiaca no debe ser definitiva, sino que es recomendable la introducción del gluten al cabo de 1 o 2 años para comprobar la tolerancia. Incluso se podría obtener menor intolerancia si se instaura una pauta de reintroducción progresiva de pequeñas cantidades de gluten, al contrario de lo que ocurre en la enfermedad celíaca.
- También se ha visto mejoría con una dieta baja en FODMAPs. Los FODMAPs son carbohidratos de cadena corta (monosacáridos, disacáridos, oligosacáridos y polioles fermentables) que se encuentran de forma natural en numerosos alimentos de nuestra dieta y uno de ellos es el trigo. Esto hace pensar si el problema está en el trigo o en el gluten. En los pacientes con haplotipos HLA-DQ2 o HLA-DQ8 la dieta sin gluten proporciona mejores resultados.
Es posible que los FODMAPs simplemente favorezcan la aparición del cuadro sintomático sin ser los causantes últimos de la Sensibilidad al gluten no celiaca. Si realmente lo fuesen, su eliminación de la dieta resultaría en un beneficio completo y su reintroducción volvería a causar los síntomas. Sin embargo, estos dos aspectos que no se observan en todos los casos.
Necesitamos saber mucho más sobre la Sensibilidad al gluten no celiaca para conocer su causa, su fisiopatogenia y el papel del trigo en esta sensibilidad. La ciencia nos dará la respuesta.