La Terapia Ocupacional todavía sigue siendo la profesión sanitaria más desconocida. Y es que bajo mi humilde opinión, muy pocos saben o conocen los beneficios que puede aportar dicha profesión en la recuperación tras un ictus. Es por ello, que me gustaría aportar mi humilde opinión y visión sobre ésta apasionante profesión. Y cómo no, su papel en pacientes con daño cerebral adquirido.
Pero para ello, en un primer momento hablemos de…¿Qué sucede en el organismo tras un ictus?
Cuando una persona sufre un ictus de forma inmediata se produce una interrupción o disminución de la irrigación sanguínea normal del cerebro o de una zona de él.
Las causas más comunes son la ruptura o bloqueo vascular, que hace que parte del cerebro no consigua el flujo de sangre, oxígeno y glucosa, que necesita. Lo que provoca de forma inmediata, que las células nerviosas del área del cerebro afectada no reciban oxígeno, por lo que no pueden funcionar y mueren transcurridos unos minutos.
Cómo consecuencia de ello, se produce una respuesta inflamatoria local en la zona lesionada y cambios sistémicos en todo el organismo. Que junto con el tipo y grado de lesión, edad, patologías previas, estado funcional y grado de inmovilidad a la que se vea sometido la persona durante todo el proceso de estabilidad clínica. Determinarán los efectos secundarios directos en relación a la funcionalidad, autonomía y calidad de vida del enfermo y su familia.
¿Y cómo ayuda la Terapia Ocupacional al enfermo con daño cerebral y a su familia?
El terapeuta ocupacional es el profesional del ámbito sanitario encargado de valorar y establecer que ésta limitando a la persona para que ésta no pueda desempeñarse o participar en las actividades de la vida diaria de forma óptima.
Para ello, el terapeuta realiza un proceso de valoración guiado por los objetivos que el paciente y su familia quieren lograr. A través del cual, y mediante un adecuado razonamiento clínico, se determina cuáles son las capacidades actuales del enfermo, así como los problemas físicos, psíquicos y sociales que están limitando a la persona en su participación como ser ocupacional.
De esta forma, el tratamiento desde Terapia Ocupacional en enfermos con daño cerebral se diferencia de otros tipos de tratamientos rehabilitadores como la fisioterapia, la psicología o logopedia, en que nosotros no valoramos las funciones y estructuras corporales como fin. Sino como un medio para determinar qué está afectando al paciente para que éste no se mueva o actúe como debería y participe en aquellas actividades significativas en su vida.
Y es que la evidencia nos demuestra que para que un paciente con un ictus aprenda y mejore su neuroplasticidad, se necesitan tratamientos orientados a la función a través de actividades significativas.
Y es que tal y como demuestran diversos estudios, la motivación es clave en los procesos de aprendizaje motor. Por ello, un paciente motivado hacia su recuperación, es un paciente con mayor capacidad de recuperación de funciones.
De esta forma, el tratamiento desde Terapia Ocupacional en enfermos con ictus y sus familias tiene una gran relevancia. Ya que el mismo está dirigido a establecer un tratamiento neurorehabilitador que permita mantener la máxima autonomía del enfermo.
Tratamiento:
Ejercicios dirigidos a mejorar y/o mantener la eficiencia del movimiento permitiendo:
- Disminuir y/o evitar la rigidez y limitación en las articulaciones.
- Disminuir el tono postural aumentado.
- Mejorar la velocidad, coordinación, ritmo y amplitud de los movimientos funcionales.
- Mejorar las destrezas y habilidades motoras.
- Y reducir los movimientos en bloque.
Ejercicios dirigidos a mejorar y/o mantener las habilidades cognitivas.
Reeducación y entrenamiento en las diferentes actividades de la vida diaria.
Establecimiento de estrategias y consejos que permitan mejorar el día a día del enfermo y su familia.
Recomendación de las adaptaciones pertinentes tanto en las actividades de la vida diaria como en el entorno (vivienda):
- Adaptación cognitiva y funcional de la vivienda. Compensando así las limitaciones y facilitando el rendimiento de la persona.
- Eliminación de barreras arquitectónicas que permitan adaptar los espacios físicos en los que se desenvuelve la persona. De tal forma que ésta pueda acceder sin sobreesfuerzos, de la manera más autónoma, segura y cómoda posible.
Asesoramiento, formación y/o entrenamiento sobre los diferentes productos de apoyo existentes en el mercado.
Asesoramiento y formación a familiares en la atención y cuidado adecuado del enfermo.