Los seres humanos son el producto de un proceso evolutivo que les ha dado un mandato biológico para ser activos (Kielhofner, 2004).

De esta forma, la ocupación, es entendida como algo innato, como un impulso natural que satisface las necesidades a través de las cuales los seres humanos sobreviven (Turner, 2003). Siendo el conjunto de actividades con propósito que se realizan e interrelacionan (Clark y Lawlor, 2011), dependientes de las aspiraciones, necesidades, contextos y entornos de una persona en un tiempo dado, a través de las cuales ésta controla y equilibra su vida (Nelson, D.; PhD; OTR  y FAOTA, 1997; Turner, 2003; Kielhofner, 2004; 2006).

De esta forma, la ocupación es algo complejo y multifacético que abarca todas las actividades desarrolladas por una persona dentro de un determinado contexto temporal, físico y sociocultural (Kielhofner, 2004).

De esta forma, y teniendo en cuenta que todos los seres humanos tienen la necesidad básica de participar en ocupaciones o actividades de la vida diaria…

 

¿Qué sucede cuándo una persona no puede participar o realizar sus ocupaciones o actividades de la vida diaria?

La pérdida de autonomía y participación en las actividades cotidianas es entendida por todos como algo negativo.

Y es que nadie repara en la importancia de las diferentes actividades de la vida diaria, hasta que una limitación o enfermedad nos impide realizarlas de manera independiente.

Y es que es algo tan común realizarlas, que nadie se cuestiona ni que fueran importantes, ni complicadas, y mucho menos que pasaría si de golpe no las pudieramos hacer.

 

Terapia Ocupacional y la simpleza de lo cotidiano

En un día normal, nada más despertarnos, comenzamos a realizar actividades. Actividades que marcan nuestras rutinas, hábitos y roles personales.

Y es que las actividades de la vida diaria son la base de la funcionalidad y del día a día de una persona.

¿Pero somos conscientes de las capacidades físicas, cognitivas y sociales necesarias para desempeñar una actividad de la vida diaria?

Absolutamente no. Nadie es consciente del procesamiento mental ni de las habilidades físicas necesarias para preparar una taza de café, cepillarse los dientes, atarse los cordones, ducharse, salir a pasear,etc.

Y es que le quitamos importancia al día a día. Lo tenemos tan mecanizado que pierde significación y valor. Lo hacemos sin pensar, estamos todo el día haciendo cosas a las que no damos valor…..hasta que pierdes esa capacidad. En ese momento te das cuenta del peso que tiene lo cotidiano en tu vida.

Por ello, párate un momento y piensa en las pequeñas cosas que se camuflan en la rutina diaria. Piensa en esa ducha de primera hora de la mañana, en el paseo diario hasta tu trabajo, en la comida con tu familia, y en todas las cosas que haces sin pensar que las estás haciendo. Todo es importante.

Por ello, no esperes a que no puedas hacerlo, busca ayuda de un terapeuta ocupacional.

 

Natalia Otero Pazos

Terapeuta Ocupacional-Especialista en rehabilitación neurológica
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