La enfermedad de Parkinson es una enfermedad neurodegenerativa progresiva que se asocia con el envejecimiento. Como hemos visto en artículos anteriores, se ha demostrado que el ejercicio físico y la rehabilitación son necesarios y complementarios al tratamiento farmacológico en pacientes que sufren Parkinson.
Las alteraciones de la marcha es uno de los síntomas motores más comunes de los pacientes con enfermedad de Parkinson. La marcha parkinsoniana se caracteriza por una serie de alteraciones:
- Alteración de la postura con una postura encorvada, con el tronco flexionado anteriormente y una excesiva flexión de cadera, rodilla y tobillo.
- Ausencia o reducción de braceo.
- Disminución de la altura y la longitud de paso: Caminan dando pasos muy cortos y arrastrando los pies.
- Disminución de la base de sustentación.
- Lentitud en los giros.
- Festinación: Aumento involuntario de la velocidad de la marcha. Caminan cada vez más rápido y con pasos más pequeños, con el tronco desplazado hacia delante como si quisieran perseguir su centro de gravedad. Esto provoca un desequilibrio importante, como no son capaces de alargar el paso, aumentan cada vez más la velocidad lo que puede llevar a sufrir caídas.
- Problemas de equilibrio.
- Congelamiento de la marcha: En el que nos centraremos más en profundidad a continuación.
Todas estas alteraciones van a aumentar el riesgo de caídas que, junto con el miedo a caerse de los pacientes, va a repercutir negativamente a la hora de realizar las actividades de la vida diaria.
Congelamiento de la marcha en la enfermedad de Parkison
El congelamiento o bloqueo de la marcha en la enfermedad de Parkinson es uno de los síntomas motores más característicos de la enfermedad, afecta a más de la mitad de los pacientes que presentan estadios avanzados de la enfermedad.
Son episodios breves e intermitentes de incapacidad para caminar a pesar de la intención del paciente para hacerlo. Estos episodios se caracterizan por temblor de las piernas, pasos cortos o un bloqueo motor total, los pacientes dicen que tienen la sensación de “tener los pies pegados al suelo” y duran normalmente unos segundos.
Las causas de estos bloqueos se desconocen, todavía no se comprenden bien los mecanismo que lo desencadenan. Lo que si se sabe es que existen una serie de situaciones que favorecen la aparición de estos episodios, como son:
- El momento de inicio de la marcha
- Situaciones que exijan cambios en la velocidad, patrón o sentido del paso, como pueden ser los giros
- Los espacios estrechos como pasillos, el baño…
- Las tareas duales
- El momento de llegar a un destino
- Situaciones estresantes o la ansiedad
El congelamiento de la marcha es uno de los síntomas más debilitantes y menos entendidos del Parkinson, supone un factor de riesgo importante para sufrir caídas, además suele ir acompañado de alteraciones del equilibrio y déficits cognitivos, lo que conlleva a una pérdida de autonomía del paciente y una disminución de su calidad de vida.
Tratamiento
El tratamiento del congelamiento de la marcha incluye distintas perspectivas, el tratamiento farmacológico, el quirúrgico y la fisioterapia. No obstante, el tratamiento farmacológico y quirúrgico no ha resultado eficaz para hacer frente a los bloqueos de la marcha.
Tratamiento de fisioterapia
En cuanto al tratamiento de fisioterapia tiene como objetivo principal optimizar la independencia del paciente. El tratamiento se basa en el aprendizaje motor, los pacientes con Parkinson necesitan más tiempo para adquirir el aprendizaje y automatizar los movimientos. Para ello se emplean estrategias de señalización, observación de la acción, entrenamiento asistido o realidad virtual.