persona mayor caída

Las caídas son según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la segunda causa mundial de muerte por lesión accidental en personas mayores de 65 años. Por este motivo, a día de hoy, las caídas son consideradas un problema de salud pública. Al ser consideradas como uno de los principales síndromes geriátricos de mayor relevancia. Debido a su elevada incidencia y a la repercusión que éstas tienen en la calidad de vida de la persona afectada.

Desafortunadamente, todavía se tiene la idea errónea de que las caídas en personas mayores es algo común e incluso normal. De hecho, es un problema frecuentemente ignorado. Al cuál en ocasiones no se les presta la atención necesaria. Debido por una parte a que muchas familias asumen que las caídas son un proceso natural consecuencia del propio proceso de envejecimiento. Y por otro, a la idea preconcebida de que nada se puede hacer para que la persona mejore y no se caiga.

 

Principales causas

Generalmente los motivos que influyen o inducen a una caída no son producidos por una única causa. Sino más bien, son consecuencia de múltiples factores entre los cuáles se pueden destacar:

  • Factores de origen intrínseco relacionados directamente con el estado de salud física y/o cognitiva de la persona tales como:
    • Pérdida de agudeza visual o presencia de alguna enfermedad ocular (glaucoma, catarata, presbicia, degeneración macular, etc.).
    • Pérdida de agudeza auditiva o presencia de alguna enfermedad que afecte directamente al sistema vestibular.
    • Patologías de origen neurológico tales como:
      • Daño cerebral.
      • Neuropatías.
      • Enfermedades neurodegenerativas (Parkinson, demencia senil, demencia en Cuerpos de Lewy, Alzheimer, etc.).
    • Patologías de origen musculoesquelético.
    • Problemas de equilibrio, coordinación y/o propiocepción.
    • Alteraciones en la postura y alineación corporal.
    • Toma de tratamiento farmacológico que pueda afectar al estado de alerta de la persona (ansiolíticos o psicótropos).
    • Uso incorrecto de la medicación: automedicación, confusión entre fármacos o el mal cumplimiento en la frecuencia de dosis.
    • Pluripatologías.
    • Etc.
  • Factores de origen extrínseco relacionados directamente con el propio entorno físico y social que rodean a la persona:
    • Iluminación inadecuada.
    • Suelos resbaladizos o con desniveles.
    • Vivienda mal adaptada.
    • Sobreprotección familiar.
    • Etc.

 

Consecuencias de las caídas

Las caídas producen en la persona afectada una serie de consecuencias negativas entre las cuales se pueden destacar:

  • Afectación del estado de salud general de la persona.
  • Reducción de la movilidad funcional de la persona debido a:
    • Lesiones físicas provocadas por la caída (contusiones, hematomas, cortes y  fracturas de cadera o otros huesos que requieren a menudo inmovilizaciones prolongadas o ingreso hospitalario para su curación o tratamiento. Con lo que esto conlleva y los riesgos que supone.
    • Inactividad posterior que puede llegar a generar: atrofia por desuso, pérdida de fuerza muscular, rigidez, cambios posturales, etc.
  • Mayor dependencia y vulnerabilidad en la persona afectada, haciendo que ésta presente miedo a moverse y a realizar las diferentes actividades de la vida diaria.
  • Disminución de la calidad de vida de la persona afectada, al reducir su autonomía y funcionalidad.
  • Depresión.
  • Ansiedad.
  • Mortalidad.
  • Institucionalización.
  • Etc.

 

¿Y qué podemos hacer ante esto?

  1. Debemos tener claro que las caídas no son algo asociado a la edad. Motivo por el cual, no debemos mirar hacia otro lado, sino buscar una solución.
  2. Solicitar cita en el médico para informarlo de la situación de nuestro familiar. Con el fin de que el médico valore cual es la causa que origina las caídas.
  3. Buscar un servicio de rehabilitación que se adapte a las necesidades de la familia.
  4. Comenzar el proceso de rehabilitación con un terapeuta ocupacional y fisioterapeuta lo antes posible. Independientemente de la edad y el estado funcional de la persona mayor.
  5. Solicitar al terapeuta ocupacional recomendaciones para adaptar y/o modificar el entorno (vivienda) con el fin de que ésta sea lo más seguro y facilitador posible.
  6. Solicitar al terapeuta ocupacional pautas de como se deben adaptar las diferentes actividades de la vida diaria. De tal forma, que éstas se realicen de forma segura y fácil.

 

 

Natalia Otero Pazos

Terapeuta Ocupacional-Especialista en rehabilitación neurológica
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