En la actualidad, la familia es la fuente principal de cuidados para la mayor parte de las personas mayores o adultos que se encuentran en una situación de dependencia. De esta forma, como ya os comente en el post anterior, son muchas las familias que se encuentran en la situación de tener que cuidar a un ser querido, sin tener los conocimientos o ayudas necesarias para ello.
Por ello, hoy me gustaría hablaros sobre la importancia de como llevar a cabo el aseo e higiene de una persona mayor o adulto dependiente. Ya que si lo realizamos de una forma correcta podremos obtener una serie de beneficios tales como:
- Mantener la piel de la persona en buenas condiciones, al eliminar el exceso de grasa, sudoración, suciedad y células muertas.
- Favorecer la circulación sanguínea y la movilidad general de la persona dependiente.
- Valorar el estado de la piel, al poder comprobar que no hay indicios de aparición de rojeces, úlceras por presión, erupciones u otros problemas relacionados.
- Y con todo ello, mejorar el estado de confort y bienestar de la persona, al influir sobre su autoestima, autoconcepto y autopercepción corporal.
Consejos a tener en cuenta
El aseo e higiene personal en una persona mayor o adulto dependiente cumple un aspecto fundamental y básico para que la persona tenga un buen estado de salud. Por ello, y antes de llevar a cabo dicha actividad debemos tener en cuenta una serie de aspectos.
- Explicarle a la persona lo que se le va a realizar, pidiéndole en todo momento (en caso de que sea posible) su máxima colaboración.
- Desarrollar una actitud positiva hacia la persona, respetando sus tiempos y su intimidad.
- Determinar el grado de limitación de la persona, valorando las posibilidades reales que tiene de realizar por si misma la actividad o colaborar en ella. Ya que esto nos permitirá determinar el grado de ayuda que precisa y el tipo de aseo e higiene que necesita (en cama, en la ducha, etc.).
- Adaptar la estancia (baño o habitación) en la cual se realiza el aseo e higiene a la situación de la persona dependiente. Por ello, es recomendable solicitar una valoración e informe de adaptación a un terapeuta ocupacional. De tal forma, que éste determine los cambios o adaptaciones más recomendables según cada caso. Evitando con ello, la realización de obras sin sentido, o la compra de productos de apoyo para el aseo o ducha no necesarios.
- Preparar de antemano todo el material que vayamos a necesitar para realizar el aseo e higiene de la persona de manera adecuada.
- Emplear esponjas desechables y jabón de PH neutro.
- Tener en cuenta en todo momento, que solo se deben destapar aquellas zonas en las cuales estemos realizando el aseo en ese momento. Y que debemos secar minuciosamente cada zona una vez finalizada la higiene.
- Y por último, controlar la iluminación y la temperatura de la estancia, para que ésta sea lo más agradable y cómoda posible.
Pasos a seguir en pacientes encamados
- En caso de disponer de una cama articulada, colocarla a una altura adecuada para facilitar la actividad.
- Una vez preparado el material y con el agua a la temperatura adecuada, desvestir a la persona y taparla con una sabana y toallas.
- Comenzar a realizar el aseo en decúbito supino (boca arriba) siguiendo la siguiente secuencia:
- Cara (solo con agua), orejas y cuello.
- Extremidades superiores (manos, brazos y axilas). Prestar especial atención a los espacios interdigitales (entre los dedos), uñas y axilas.
- Torax y abdomen. Prestando especial atención a la región submamaria, zona del ombligo y pliegues.
- Extremidades inferiores (piernas y pies). Prestando especial atención a la zona inguinal, huecos poplíteos (detrás de la rodilla) y espacios interdigitales.
- Zona urogenital y periné.
- Y por último, lavar el pelo empleando para ello un lavacabezas hinchable, secarlo y cubrirlo con una toalla.
- Una vez finalizado el aseo en decúbito supino, ayudar al enfermo a colocarse en decúbito lateral (de lado) y realizar el aseo con una esponja nueva siguiendo la siguiente secuencia:
- Parte posterior del cuello.
- Espalda.
- Glúteos.
- Muslos.
- Y región anal.
- Aplicar crema hidratante hasta su total absorción y vestir a la persona.
Una vez finalizada la higiene corporal pasaríamos a realizar el aseo e higiene bucodental el cual será explicado en otra publicación dada su importancia.
Pasos a seguir en pacientes con movilidad reducida
- Emplear productos de apoyo que faciliten o ayuden en la actividad tales como asideros, sillas de ducha, asientos de pared, etc.
- Realizar el aseo sentado en una silla de ducha o asiento rígido siguiendo el mismo orden de secuencia descrito con anterioridad. Pero teniendo en cuenta, que en personas que presenten graves dificultades para mantenerse en bipedestación (de pie) se recomienda comenzar realizando el aseo urogenital y anal en cama. Para posteriormente pasar a la ducha.
- Secar, incidiendo en los pliegues cutáneos y zonas de riesgo para evitar infecciones debido a la humedad.
- Y por último, aplicar crema hasta su total absorción y vestirse.
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