El dolor lumbar es un motivo frecuente de consulta. En otras ocasiones os hemos hablado de las posibles causas y por qué no deberías de utilizar una faja lumbar si lo sufres.
También es frecuente que si una persona siente dolor hacia la nalga o la pierna, especialmente si ha sufrido alguna lumbalgia, lo achaque inmediatamente a una “supuesta” ciática debida a una hernia. A pesar de que los casos en los que realmente existe una hernia discal que esté comprimiendo el nervio sean muy pocos y pasajeros.
Por eso, hoy os voy a enumerar distintas causas por las que una persona puede percibir dolor hacia una pierna sin que necesariamente ser causa de una hernia y sus características. De esta forma será más fácil visualizar como un síntoma no tiene que ir necesariamente asociado a una única patología.
1. Hernia discal
Si quieres saber más sobre la hernia discal puedes leer nuestro artículo. Cuando realmente estamos ante una hernia discal la sintomatología será:
- Dolor que aumenta en aquellas situaciones en las que se incrementa la presión dentro del disco como sentarse, toser o estornudar.
- Este dolor, de tipo calambre, puede bajar por la parte posterior de la pierna y llegar hasta el pie
- Puede acompañarse de trastornos de la sensibilidad (parestesias) como adormecimientos, sensación de acartonamiento, etc.
- Puede estar afectada la fuerza muscular de ciertos músculos.
2. Síndrome sacroilíaco
La articulación sacroilíaca, como su nombre indica, es la que une al sacro y a los huesos ilíacos. Vendría a estar
situada en la parte posterior, al final de la espalda, donde en algunas personas se forman unos hoyuelos:
Esta articulación puede sufrir daños por diversos motivos: escoliosis, diferencia de longitud entre las piernas, esfuerzo físico vigoroso, etc. En caso de sufrir patología de la articulación sacrolíaca, el dolor presentará las siguientes características:
- Dolor localizado en espina ilíaca posterosuperior
- Dolor irradiado a nalga y cara posterior del muslo sin llegar a la rodilla
- Empeora con la actividad física y movimientos de transición como levantarse de la silla. También empeora cuando estamos acostados boca arriba.
- Mejora cuando al estar sentados por la relajación de los músculos isquiotibiales (parte posterior del muslo).
3. Síndrome del piramidal
El músculo piramidal o piriforme se encuentra localizado en la nalga. Se origina en el sacro y se va a insertar en la parte lateral de la cadera (trocánter mayor). A través del él pasa el nervio ciático que, por diversos motivos, puede verse atrapado a este nivel dando lugar a la aparición de dolor.
Este dolor se puede irradiar hasta el tercio superior del muslo e irradiar a zona lumbar baja, sin llegar nunca a la parte posterior de la rodilla.
Sobre todo duele cuando nos acostamos boca abajo, si estamos mucho tiempo sentados y al subir y bajar escaleras.
También habrá dolor a la palpación del músculo piramidal y puede haber otras alteraciones como debilidad y/o limitación en la rotación interna de cadera.
4. Meralgia parestésica
Es otra neuropatía. Pero en este caso, en lugar de verse afectado el nervio ciático, el dañado es el nervio cutáneo femoral lateral. Se trata de un nervio que da la sensibilidad a la parte lateral del muslo. Por eso su atrapamiento originará quemazón o parestesisas en esa zona.
El dolor aumentará com la extensión de la cadera, cuando estamos de pie y durante la marcha. Sin embargo mejorará sentados, acostados de lado contrario a la pierna afectada (a diferencia de la patología discal).
5. Bursitis de cadera
También hablamos de esta patología en otra ocasión. La bursitis (importante diferenciarla también de la tendinopatía glútea) da dolor en la parte lateral de cadera aunque puede irradiar también a la parte externa del muslo, región glútea y lumbar hasta la rodilla.
Empeora con la separación de la cadera de la línea media (abducción), con la rotación de cadera (sentarse, subir escaleras, llevar la pierna atrás) y cuando nos acostamos encima de esa pierna.
6. Estenosis del canal
La estenosis del canal es un estrechamiento estructural del canal raquídeo, canal en el que se aloja la médula espinal y del que salen los nervios que van a dar la sensibilidad a la piel y la función motora, entre otras funcionales.
Se caracteriza por presentar dolor tras caminar un rato, dolor lumbar con irradiación a una pierna o a las dos al mismo tiempo. A largo plazo puede producir claudicación intermitente (dolor tipo calambre que obliga a reposar cada poco tiempo también llamado síndrome del escaparate).
Este dolor cuando nos acostamos boca abajo, al caminar y en movimiento de hiperextensión, es decir, cuando llevamos excesivamente hacia atrás la columna. Mejora sin embargo cuando flexionamos el tronco y cuando nos sentamos.
7. Dolor miofascial
Dolor localizado en un músculo o grupo muscular. Existirá una banda tensa muscular con puntos gatillo activos que generarán dolor irradiado.
Puede haber hiperalgesia ( estímulos generalmente dolorosos son aún más dolorosos) y/o alodinia (estímulos habitualmente indoloros son dolorosos) que pueden asemejarse a parestesias.
Los músculos que frecuentemente pueden dar esta sintomatología hacia miembro inferior son el iliopsoas, el cuadrado lumbar, piramidal y los glúteos.
8. Síndrome facetario
El síndrome facetario es una degeneración de las articulaciones posteriores entre las vértebras. El dolor lumbar que genera esta patología también puede irradiar a nalgas o parte posterior de los muslos pero sin llegar al pie.
En este caso no hay déficit neurológico (no hay pérdida de la fuerza ni de la sensibilidad). Si que presentaría disminución de la movilidad lumbar, sobre todo para llevar la columna hacia atrás (extensión) y para hacer el movimiento combinado de llevarla atrás junto con una rotación. También genera molestias cuando estamos mucho tiempo de pie o al sentarse. Mejora cuando la persona se inclina hacia delante o cuando se acuesta.
Como ves, resulta complicado saber cuál es la causa exacta del dolor. Si solo nos guiamos por un síntoma y no hemos hecho un buen estudio previo, es imposible atribuirlo a una patología ya que un mismo dolor (o por lo menos aparentemente) puede ser debido a factores muy diferentes. Por tanto, os podéis imaginar que el tratamiento, en función de si estamos ante un problema u otro, también lo será.
Si sufres dolor lumbar, acude siempre a profesionales sanitarios que puedan valorar tu caso para así, poder ofrecerte las soluciones más eficaces.
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