Los puntos gatillo son nódulos hipersensibles situados en un banda muscular tensa. Su estimulación, ya sea mediante palpación, contracción o estiramiento, provoca un dolor a distancia (dolor referido).
Tipos de punto gatillo
Una de las formas de clasificar los punto gatillo es dividirlos en:
- Activos. Son los responsables el dolor miofascial. Cuando un punto gatillo está activo es capaz de provocar dolor referido de forma espontánea.
- Latentes. No provocan dolor espontáneo pero se considera una fase inicial a la activa. Es importante detectarlos y prevenir su evolución a punto gatillo activo.
Diagnóstico de un punto gatillo
Para que sea considerado un punto gatillo deben de cumplirse una serie de principios:
- Dolor espontáneo localizado.
- Alteraciones en la sensibilidad en zonas alejadas al punto gatillo:
- Hiperestesia: sensación exagerada de los estímulos táctiles.
- Alodinia: percepción anormal del dolor, nacido de un estímulo mecánico o térmico que habitualmente es indoloro.
- Bandas musculares palpables.
- Dolor muy agudo y localizado al palpar la banda tensa.
- Disminución del rango de movimiento en la articulación que involucra el músculo.
- Reproducción del dolor espontáneo percibido por el paciente de forma espontánea cuando presionamos el punto gatillo.
- Respuesta de contracción con la estimulación mecánica del punto gatillo miofascial.
- Disminución del dolor con el estiramiento muscular o con punción seca.
El dolor producido por un punto gatillo puede ser constante y generalmente se relaciona con la actividad muscular.
Cada punto gatillo tiene un patrón propio de dolor que no sigue ninguna distribución radicular. Es decir. El dolor producido por un nervio, como por ejemplo el nervio ciático, sigue la “autovía” del nervio ciático. Sin embargo, un dolor originado por un punto gatillo activo del piramidal, “va por una autovía diferente”. De ahí que cuando muchos acudís a consulta por un dolor que baja por la pierna, no siempre tiene que ser por una verdadera ciática.
En ocasiones se puede acompañar de síntomas autonómicos como: sudoración, lagrimero, enrojecimiento cutáneo y cambios vasomotores y térmicos. También puede percibirse fatiga, rigidez articular y debilidad muscular. De ahí la importancia de tratar estos puntos, aún estando latentes, ya que pueden modificar nuestra biomecánica y, por tanto, nuestro gesto deportivo y actividades diarias.
¿Por qué se produce un punto gatillo?
Se han propuesto muchos mecanismos para explicar el desarrollo de puntos gatillo. Sin embargo, todavía de carece de evidencia científica al respecto.
Algunos factores pueden predisponer a su aparición:
- Traumatismos agudos
- Microtraumatismos repetidos
- Falta de ejercicio físico
- POSTURAS INADECUADAS O MANTENIDAS
- Alteraciones en el sueño
- Problemas articulares…
¿Cómo tratarlos?
Para tratar un punto gatillo hay muchos métodos de tratamiento posibles. La elección de uno u otro va a depender de la zona, tolerancia del paciente, etc. Algunos de ellos pueden ser:
- Estiramientos musculares
- Técnicas de compresión
- Técnicas de relajación post-isométrica
- Aplicación de calor
- Técnicas de inhibición
- Técnicas instrumentales: ultrasonido, electroterapia, láser, punción seca…