En los últimos años todos y cada uno de nosotros hemos oído hablar en alguna ocasión de la estimulación cognitiva y su importancia llegada a una edad. Sin embargo, en el momento en el cual se le pregunta a una persona ¿En que consiste la estimulación cognitiva, cómo se realiza y para que?. Son muy pocas las personas las que pueden responder dicha pregunta con fundamentación. Ya que la mayoría no saben realmente que significa dicho concepto. O por el contrario, tienen una idea errónea de lo que realmente es.
¿Y cual es el motivo?
Bajo mi humilde opinión, la causa principal es la idea que se ha instaurado en la sociedad sobre la estimulación cognitiva. Ya que son muchas las personas que creen que la estimulación cognitiva es única y exclusivamente:
- Un tipo de tratamiento que se realiza en personas con demencia.
- Algo recomendable en personas mayores que comienzan a tener problemas de memoria.
- Y un tipo de terapia en el cual se emplean diferentes tipos de libros y ejercicios que se realizan con papel y lápiz similares a los de los niños en el colegio para mejorar la atención, cálculo, memoria, lenguaje, etc.
No obstante, a pesar de que parte de lo dicho anteriormente es cierto. Cabe destacar que la estimulación cognitiva es mucho más que eso.
¿Qué es la estimulación cognitiva?
La estimulación cognitiva engloba al conjunto de acciones (técnicas y estrategias) que permiten optimizar, estimular, mejorar y/o mantener el funcionamiento cognitivo general en el ser humano. De esta forma, la estimulación cognitiva es un tipo de tratamiento terapéutico recomendable a cualquier edad. Sin embargo, a partir de los 65 años cobra mayor relevancia recomendándose en personas mayores:
- Sin deterioro cognitivo. Con el fin de optimizar, estimular y/ o mejorar el funcionamiento cognitivo general. El cual puede verse reducido como consecuencia del proceso de envejecimiento normal.
- Con riesgo de sufrir deterioro cognitivo. Con el fin de retrasar la aparición y progresión del mismo.
- Y con deterioro cognitivo. Con el fin de:
- Estimular, mejorar y/o mantener las diferentes capacidades cognitivas residuales del enfermo.
- Ralentizar la progresión de la enfermedad.
- Aumentar la autoestima.
- Potenciar el nivel de autonomía personal en las diferentes actividades de la vida diaria.
- Disminuir el nivel de estrés.
- Y mejorar la calidad de vida del enfermo y de su familia.
Así, la terapia de estimulación cognitiva debe estar adaptada en cada momento a la persona y a su situación. Por ello, es importante que ésta se realice a través de personal sanitario altamente cualificado y formado para ello (terapeuta ocupacional con formación en rehabilitación neurológica o neuropsicólogo).
Sin embargo, con esto no quiero decir que una persona mayor sin deterioro cognitivo no pueda ejercitar y/o estimular sus capacidades cognitivas a través de los múltiples materiales y talleres que existen en la actualidad. Sino más bien que aquellas personas que presente demencia o tengan riesgo de padecerla, deberan seguir programas de estimulación supervisados y llevados a cabo por profesionales del campo de la rehabilitación neurológica.
Ya que se deben tener en cuenta múltiples factores internos y externos para que la intervención cognitiva sea efectiva.
Por ello, y para todas aquellas familias que quieran colaborar en el proceso de estimulación del enfermo. Se debe tener en cuenta, que para que esto se produzca de una forma correcta, se debe solicitar ayuda al profesional que trate al enfermo. De tal forma, que éste establezca las actividades más idóneas a realizar en casa y como realizarlas. Ya que son muchos los factores los cuales pueden influir en que una actividad salga bien o mal. Y ésta tenga algún tipo de repercusión en la reserva cognitiva de la persona.
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