En los últimos años la esperanza de vida ha ido en aumento. Así lo recoge este artículo en el que se señala que la esperanza de vida en España es de 83.3 años.
Sin embargo, ¿esos años que hemos aumentado de vida, cómo son? ¿cómo los vivimos? ¿es un envejecimiento activo de calidad?
Mitos sobre el envejecimiento
Existen muchos mitos y muy variados acerca del envejecimiento asociados al edadismo o discriminación por la edad. Estas falsas creencias resultan muy dañinas ya que aíslan a la persona mayor en una sociedad que asume que ya “no son útiles” y los años que les quedan deben quedarse poco menos que viendo la vida pasar. Cuando no es para nada así:
- Las personas mayores tienen una gran capacidad de adaptación.
- Tienen mucha experiencia y un aprendizaje sobre la vida que solo te lo puede dar el paso de los años.
- Han vivido etapas muy complicadas que los han convertido en personas fuertes y que saben restarle importancia a aquello que no la tiene.
- Tienen sentimientos como tu y como yo y no les gusta sentirse poco útiles, un estorbo o pensar que ya no hay nada que hacer por ellos. También necesitan ser escuchados y que los valore como merecen.
- Las personas mayores también pueden aprender y adaptarse como, por ejemplo, a las nuevas tecnologías. Hay que desterrar el mito de que los mayores no pueden aprender nada nuevo, a veces simplemente es cuestión de mostrárselo de una manera atractiva o buscar aquello que los motive.
- No dejan de hacer cosas por capricho (por ejemplo caminar, darse la vuelta en la cama, asearse…). Dejan de hacerlo porque van perdiendo capacidades físicas para ello que pueden mejorarse con el tratamiento adecuado.
- No hay que tratarlos ni hablarles como si fuesen niños pequeños. La persona mayor es una persona adulta que puede participar en cualquier tipo de conversación y que debe hacerlo como tal.
Ejercicio para personas mayores
Por qué una persona mayor debe hacer ejercicio físico para un envejecimiento activo
Muchas personas tienen miedo a hacer ejercicio físico en la tercera edad por la creencia de que una persona mayor no debe hacer esfuerzos. Sin embargo ocurre todo lo contrario ya que en la tercera edad:
- El hueso se vuelve más débil. Durante toda nuestra vida los huesos están “deshaciéndose” y “haciéndose”. Cuando envejecemos, la tasa de destrucción es más alta de la creación de hueso nuevo, por eso aparece la famosa artrosis. Sin embargo, cuando un hueso recibe carga (peso) se favorece esa fase de creación de hueso nuevo. Por eso las personas mayores encamadas enseguida tienen una pérdida de masa ósea, porque su hueso no recibe estímulo. Por tanto, siempre que sea posible, el hueso debe recibir algún tipo de estímulo.
- Se pierde masa muscular. La falta de fuerza es un factor importante en el hecho de que las personas mayores dejen de hacer sus actividades diarias. También es un riesgo importante de caída ya que dificulta la marcha. La única forma de frenar esa pérdida de masa muscular y recuperarla en la medida de lo posible, es estimulando a ese músculo lo suficiente mediante algún ejercicio o actividad que le suponga un esfuerzo.
Además el ejercicio también tiene innumerables beneficios a nivel psicológico:
- Ayuda a liberar endorfinas (la hormona de la felicidad)
- Les hará sentir que son capaces de hacer muchas más cosas de las que ellos creen
- Ganarán confianza en sí mismos
- Puede ayudarles a bajar la tensión arterial y mejorar sus valores de colesterol “malo”
- Tendrán mayor vitalidad
- Les aumentará el apetito
- Ayudará a que descansen mejor
Cómo hacer ejercicio en la tercera edad
El ejercicio físico resulta clave pues para ese envejecimiento activo. Sin embargo, es importante tener en cuenta que el ejercicio en personas mayores tiene que ser adaptado y supervisado. En general se recomienda que, a poder ser, sea de manera individual (entrenamiento personal para personas mayores). Ya que entre distintas personas mayores puede haber mucha diferencia entre sus necesidades y destrezas.
A pesar de ello, también podría ser interesante combinarlo con alguna actividad en grupos reducidos para aumentar la socialización y el desarrollo personal.
Qué debe incluir un programa de ejercicio físico para la tercera edad
- Ejercicio cardiovascular: es el ejercicio que nos ayuda a subir pulsaciones a través de movimientos de todo el cuerpo. Deben ser ejercicios de intensidad baja-moderada adaptados a cada persona.
- Ejercicio de fuerza: ejercicios en los que haya que vencer una resistencia. En este caso suele trabajarse por número de repeticiones teniendo en cuenta la fuerza muscular de cada persona y adaptándolo a ella. Pero ojo, no tiene que ser mediante pesas. Puede ser también con el propio peso corporal o, en ocasiones, el propio peso de la extremidad (brazo o pierna) puede que ya sea suficiente para trabajar la fuerza en personas mayores.
- Propiocepción: son ejercicios que les ayuda a ser conscientes de su postura, equilibrio y coordinación. Cuando cumplimos años todos estos aspectos, por múltiples motivos, se ven afectados y pueden deteriorar mucho la calidad de vida de la persona mayor.
- Ejercicios específicos: En caso de que exista alguna patología en concreto o dolor en el momento de comenzar a realizar actividad física, será necesario una valoración previa. En reactive contamos con los servicios de fisioterapia y terapia ocupacional que podrán hacer una valoración del caso y pautar ejercicios específicos para mejorar estos aspectos.
En reactive podemos ayudar a vuestros mayores con sesiones de entrenamiento personal para personas mayores y así lograr que tengan un envejecimiento activo. Esto les ayudará a encontrase mejor, ser más independientes y mejorar su calidad de vida.
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