Las agujetas son una buena noticia. Indican que has realizado una actividad diferente a una intensidad alta. Y forman parte del proceso de adaptación de tu cuerpo a esa nueva actividad.
Tener agujetas, por tanto, indica que te estás marcando nuevos retos físicos.
¿Qué son las agujetas?
En inglés se las conoce con el término Doms. Estas siglas hacen referencia a los siguientes términos:
- Delayed= retrasado
- Onset= comienzo
- Muscle= músculo
- Soreness= dolor
Lo que podría traducirse en algo como “dolor muscular tardío”. O en otras palabras, ese dolor que aparece en tus músculos tras realizar ejercicio al que no estabas habituado/a.
¿Cuándo aparecen las agujetas?
Existe mucha variabilidad en cuanto al tiempo de aparición de las agujetas. Existen personas que las notan tras hacer ejercicio, otras lo notan al día siguiente. Incluso algunas lo notan hasta dos días después de hacer ejercicio.
¿Causa de las agujetas?
Las agujetas se dan por contracciones musculares a las que tu cuerpo no está acostumbrado. A mayor intensidad, mayor probabilidad de que aparezcan. Bien por falta de adecuación, por incremento en el ejercicio.
Se ha hablado muchas veces de que las agujetas se deben a la acumulación de ácido láctico (microcristales). Algunos estudios hablan incluso de que la causa podría ser la remodelación de fibras muscualares.
Sin embargo, la causa de las microrroturas parece ser la más aceptada, aunque como muchas cosas, se necesitan más estudios para poder aceptarlo con certeza.
Los actuales estudios hablan de una reacción inflamatoria como causa principal. Esta sería una respuesta a microlesiones musculares y tendinosas que se producen cuando el músculo no está adaptado a la actividad a la que es sometido. Esto hace que se acumulen metabolitos o desechos y aparece una reacción inflamatoria que irrita las fibras nerviosas provocando dolor en los músculos que se han solicitado por encima de sus posibilidades.
Lo que sí se sabe es que las agujetas son como un sistema de alarma. Cuando tu cuerpo no está acostumbrado a realizar un determinado ejercicio, reacciona con la aparición de agujetas. Pero, cuando vuelves a realizarlo, el cuerpo ya lo conoce y no considera que deba activarla de nuevo. Por eso a medida que trabajas ese ejercicio, aparecen menos agujetas.
¿Cómo aliviar las agujetas?
Se habla de muchos remedios: el frío, el agua con azúcar, cremas… En realidad, el tratamiento más efectivo es el descaso.
De todas formas, se puede continuar con el ejercicio físico moderado. Cuando el tiempo vaya pasando, el cuerpo se adaptará y las agujetas desaparecerán. Lo que necesitamos es una adaptación del músculo y favoreciendo la eliminación de las sustancias que lo producen y así como mayor riego sanguíneo de la zona reduciendo los metabolitos de la zona y disminuyendo el dolor.
¿Cómo evitarlas?
- Entrenar con mucha suavidad
- Aumentar progresivamente la carga y dando tiempo (unos dos días) para comprobar el efecto real del ejercicio ya que, como hemos dicho antes, el punto máximo del dolor muscular tardío suele aparecer a las 48 horas del ejercicio.
- Calentamiento previo en el que hagamos sobre todo un trabajo concéntrico y dejar los estiramientos (especialmente los pasivos) para el final. Como hemos visto los estiramientos antes de realizar ejercicio no solo no ayudan sino que pueden ser perjudiciales.
- Hidratar y nutrir el cuerpo de forma adecuada: Cuidar la hidratación antes, durante y después del ejercicio físico facilita la recuperación muscular y se evitan posibles calambres y lesiones.