El dolor de cabeza es muy común entre la población, especialmente en mujeres a partir de los 40 años de edad.
Las personas que sufren dolor de cabeza pueden ver afectada su vida cotidiana, sobre todo personas con dolor de cabeza constante y de gran intensidad.
A lo primero que se suele recurrir es a la farmacología (antiinflamatorios, analgésicos, etc). Sin embargo muchas veces no son efectivos o incluso podrían evitarse con tratamiento de fisioterapia.
Lo primero es conocer qué tipo de dolor de cabeza o cefalea sufrimos para saber cómo abordarlo mejor. Hoy me gustaría hablar sobre las cefaleas más frecuentes en consulta de fisioterapia: migrañas, cefalea tensional, dolor de cabeza derivado del bruxismo, cefalea secundaria a latigazo cervical y cefalea de origen cervical.
Tipos de dolor de cabeza
Migraña
La migraña se caracteriza por ser un dolor de cabeza unilateral (puede ser un lado de la cabeza, frente o un ojo) de gran intensidad, con sensación de pulso, sensibilidad en la zona, a los ruidos y/o a la luz, náuseas y vómitos. Es frecuente también que el dolor empeore con la actividad física y el paciente necesita estar en una habitación aislado sin luz y sin ruido descansando en cama.
Algunas personas tienen migraña con aura. El aura es un proceso que tiene lugar antes y/o durante el episodio de migraña, dura entre 20 y 30 minutos y suele manifestarse con:
- Alteraciones visuales: pérdida de visión, puntos o destellos de luz.
- Hormigueos en una parte del cuerpo o de la cara.
- en el rosto o en un lado del cuerpo.
- Escuchar ruidos extraños.
- Movimientos involuntarios incontrolables.
La migraña debe diagnosticarla un neurólogo y, en caso de confirmarse, prescribir medicación específica para la migraña.
Cefalea tensional
La cefalea es un dolor de cabeza muy distinto a la migraña. Os explicaba por qué en este artículo. Se caracteriza por dolor de cabeza de localización típicamente bilateral, de tipo opresivo, intensidad leve a moderada y duración de minutos a días. A veces se acompaña de sensibilidad a la hora de palpar la musculatura cervical y craneal.
Este dolor de cabeza, a diferencia de la cefalea, no empeora con la actividad física ni se asocia a náuseas. Sin embargo si que puede presentar sensibilidad a la luz y a los ruidos.
Bruxismo
Las personas que sufren alguna alteración a nivel de la articulación temporomandibular, como las que sufren bruxismo, también suelen presentar dolor de cabeza. Puedes saber más sobre el bruxismo aquí.
Típicamente este dolor de cabeza se caracteriza por:
- Aparecer a primera hora de la mañana. Los pacientes suelen levantarse ya con ese dolor.
- Acompañado de limitación de la movilidad de la mandíbula, crujidos al abrir o cerrar la boca y/o pitidos en los oídos.
- También se aprecia tensión en la musculatura de la mandíbula que puede provocar dolor irradiado hacia algún diente (sin haber patología dental).
- Suele ser más intensa en sienes, cabeza y mandíbula.
- Generalmente es bilateral.
Cefalea secundaria a latigazo cervical
Este dolor de cabeza se caracteriza por tener una duración de al menos tres meses tras haber sufrido un latigazo cervical. La cefalea se desarrolla en 7 días tras haber sufrido el traumatismo.
Suele darse con mayor frecuencia en el contexto de accidentes de tráfico y se acompaña de otros síntomas cervicales, así como con síntomas a distancia (lumbalgias, dorsalgias…), neurosensitivos (adormecimiento brazos, sensaciones eléctricas, pérdida de sensibilidad…), digestivos y/o del estado de ánimo.
Cefalea de origen cervical
Este dolor de cabeza es de los más frecuentes en consulta. Se origina por un trastorno de de la columna cervical, sus
elementos óseos, discales o de partes blandas. Suele acompañarse de dolor cervical y dolor miofascial en el cuello (puntos gatillo miofasciales).
Se caracteriza porque en ningún momento cambia de lado, lo podemos provocar con la presión en los músculos cervicales o con el movimiento de cabeza y a veces irradia por la parte posterior de la cabeza.
Fisioterapia y dolor de cabeza
Sea cual sea su causa, la fisioterapia puede ayudar a aliviar muchos de los síntomas o incluso prevenir su aparición en algunos casos.
- Terapia Manual. A través de técnicas como el masaje, la presión, movilizaciones, estiramientos etc podemos cambiar la sensibilidad de los tejidos ayudando a aliviar el dolor.
- Punción seca. Gracias a esta técnica podemos eliminar el dolor irradiado muscular.
- Ejercicio terapéutico. El ejercicio se ha demostrado como una herramienta muy potente a la hora de prevenir y tratar molestias musculoesqueléticas, entre ellas también las cervicalgias.
- Educación terapéutica. Es muy importante que el paciente conozca su patología. Se debe explicar qué es lo que le ocurre al paciente, cuáles pueden ser sus causas, qué se debe evitar y qué actividad se debe promover, entre otras cosas.
Y por supuesto el tratamiento en conjunto de otros profesionales sanitarios es clave. Atender a aspectos como la nutrición o la psicología según sea necesario en casa caso, ayudará a resolver y prevenir de manera eficaz el dolor de cabeza en muchos de los casos.