Son muchas las personas que piensan que sus huesos necesitan crujir para “colocarse en el sitio”. También me encuentro con frecuencia a otros pacientes que sienten crujidos en sus huesos y les da miedo que eso pueda significar algo malo. Por eso hoy me gustaría hablaros sobre los crujidos articulares.
Técnica de Manipulación Vertebral
La técnica de manipulación vertebral es una de las muchas técnicas de terapia manual con las que contamos con los fisioterapeutas. En ella se coloca la articulación en una determinada posición de muy corta amplitud y se realiza un movimiento rápido para producir ese crujido característico.
¿Qué es ese crujido?
Pese a la creencia popular de que ese crujido es el hueso que se está “colocando”, en realidad no tiene nada que ver con eso. Los huesos solo se desplazan de su sitio si tienes un traumatismo importante (por ejemplo, un accidente en coche, un golpe fuerte por detrás, etc) o una luxación o subluxación en las que realmente las carillas articulares se desplazan:
La articulación es una cavidad cerrada con líquido y gas dentro. Cuando realizamos el gesto rápido y corto, lo que ocurre es que ese gas implosiona generando burbujas de nitrógeno que generan ese ruido articular:
Por tanto, como puedes ver, el hueso no es que se estuviese descolocado y que lo hayan colocado de nuevo a su sitio.
Entonces, ¿qué hace exactamente la manipulación?
Sus efectos no están del todo claros. Eso explica que algunas personas puedan notar alivio después de un tratamiento en el que le hayan hecho manipulaciones vertebrales, pero otras personas no noten nada.
Posibles explicaciones:
- Liberación de tejido que rodea la articulación y cuyos repliegues o plicas se han relacionado con el dolor y disfunciones del movimiento.
- La alta velocidad desencadena una inhibición de la musculatura con exceso de tono.
- Liberación de las adherencias de los tejidos articulares.
- La puesta en marcha de mecanismos neurofisiológicos que modificarían la sensación de dolor y el miedo al movimiento.
¿Y por qué me crujen los huesos solos?
Cualquiera de nosotros en algunas ocasiones hemos notado cómo nos crujía la espalda, los dedos o el cuello, por ejemplo. Esto, como comentaba, no quiere decir que estemos recolocando nada ni tampoco que tengamos ninguna patología, a priori. Las articulaciones pueden crujir por motivos muy diversos. Al igual que cuando el fisioterapeuta te manipula, lo que haces es provocar que esas burbujas de gas “estallen”. Nada más.
Curiosidad: Este gas tarda aproximadamente entre 25-30 minutos en disolverse de nuevo en el líquido de la articulación. Por lo que durante ese tiempo, aunque lo intentes, la articulación no volverá a sonar.
¿Es bueno o malo?
Como todavía a día existe la creencia de que haciendo crujir los huesos, estos se desplazan del sitio, también se piensa que si lo hacemos a menudo puede ser malo porque los puede dañar o desgastar.
Sin embago cuando entendemos que lo único que ocurre es que se forman esas burbujas de gas, en un principio no parece que vaya a ser tan agresivo para la articulación.
Pero lo cierto es que a día de hoy tampoco hay consenso para aclarar si realmente es malo o no.
¿Quiropráctico?
También otro mito es creer que para “recolocar” mis huesos lo que
tengo es que ir a un quiropráctico. En este artículo os hablaba de las diferencias entre profesionales. Lo cierto es que las técnicas de manipulación no tienen “dueño”, las realizan tanto los quiroprácticos como los fisioterapeutas que han estudiado la especialidad de la osteopatía (su parte más conocida precisamente es esta de hacer crujir los huesos, aunque incluye muchas más) y fisioterapeutas que sin haber estudiado osteopatía han hecho algún tipo de formación en terapia manipulativa.
A pesar de eso, yo siempre recomiendo que si tenéis cualquier duda o problema de salud, acudáis a profesionales sanitarios. Es la única garantía de que estáis ante un profesional SANITARIO con formación oficial, reglada y supervisada.
Mis conclusiones
- Los huesos no se colocan “fuera del sitio”, salvo traumatismo importante.
- Las técnicas de manipulación hacen crujir los huesos por la liberación de burbujas de gas.
- Todavía no tenemos información suficiente para poder afirmar si las técnicas de manipulación vertebral son efectivas o no. Pero eso no quiere decir que las debamos “desterrar” pero tampoco pensar que son imprescindibles a la hora de realizar un tratamiento.
- Los fisioterapeutas contamos con un gran abanico de técnicas. La clave está en ADAPTAR LA TERAPIA AL PACIENTE, y no el paciente a la terapia. Es decir, a cada persona le vendrán mejor unas técnicas u otras. Debemos ser los profesionales los que tenemos que escoger el abordaje más adecuado.
- Lo que está claro es que no podemos basar ningún tratamiento exclusivamente en una técnica. El tratamiento no puede consistir únicamente en hacer crujir los huesos (independientemente de que finalmente se demuestre si es efectivo). Los tratamientos más efectivos son siempre los multimodales.
- Entre las técnicas más importantes, nunca debe faltar el ejercicio terapéutico.
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