1. Haz un esquema de comidas de lunes a domingo
Pégalo en la nevera y ve anotando los platos de antemano para no improvisar. Improvisando es cuando más caemos en comida rápida o de mala calidad.
2. Elige alimentos de temporada
Además de frescos son más baratos y, en el caso de las frutas y verduras, más ricos en antioxidantes.
3. Combina distintas fuentes de proteína
No pasa nada si tus platos se componen sólo de proteína vegetal. Reduce la proteína animal, combínalas y experimenta nuevos sabores.
4. Sigue el Plato de Harvard a la hora de preparar la comida o la cena
Aunque no hay reglas sobre cómo comer y hay muchas variaciones, es una buena forma de acercarte a los hábitos saludables de alimentación.
5. Consume más legumbres
Guisantes, lentejas, judías, garbanzos… son nutricionalmente muy completas y versátiles y saludables para el corazón. Además, las hay de bote cocidas listas para tomar. No hay excusas.
6. Cocina con antelación aquellas cosas que te lleven más tiempo
Que el tiempo no sea una excusa: unos garbanzos, unas patatas, un pisto de verduras… se conservan en nevera o congelados y podemos ir sacándolos.
7. No tengas ultraprocesados en casa
Si te estresas o aburres los comerás y ya sabes el dicho: “la comida entra por los ojos”.
8. Haz picoteos sanos si te apetece
No te sientas culpable. Ten fruta, verdura encurtida, aceitunas, frutos secos o algún lácteo o bebida vegetal o preparado vegetal en casa para esos momentos especiales.
9. Combina colores, olores y sabores en tus platos
Frutas o verduras de distintos colores, especias (que además evitan que nos pasemos con la sal) u otras presentaciones (ensaladas, cremas, pistos…) ayudan a querer comer en casa.
10. Evita comer fuera
Las comidas en restauración están hechas para agradar; con exceso de sal o grasas, raciones grandes y dependiendo del sitio pueden tener poca verdura. Con postres azucarados o alcohol. Para pensarlo, desde luego.
mexican rx online: online mexican pharmacy – mexican pharmacy