El dolor de hombro, junto con el dolor lumbar, es uno de los más frecuentes. Se estima que el 40% de las personas lo sufrirán en algún momento de su vida.
Las posibilidades de sufrirlo aumentan en función de la edad, el tipo de trabajo y el tipo de actividad física que se practique.
Automáticamente cuando alguien tiene dolor en un hombro es frecuente que rápido se le asocie la etiqueta de “tendinitis“. Pero la verdad es que no es todo tan sencillo, sino que el hombro puede dolernos por un montón de causas:
- Tendinosis
- Artrosis
- Capsulitis Adhesiva / Hombro congelado
- Dolor irradiado (cervical o de un músculo)
- Calcificaciones
- Bursitis
En este artículo sobre la bursitis de cadera ya os explicaba qué eran las bolsas sinoviales. Hoy en concreto que me gustaría hablaros de la bursitis de hombro, por eso comencemos hablando de las bolsas sinoviales que existen a nivel de esta articulación.
Bolsas sinoviales en el hombro
Las principales bolsas a nivel del hombro son: la subdeltoidea y la subacromial.
La bolsa subdeltoidea se encuentra justo por debajo del acromion, entre éste y el manguito rotador. Y en el caso de la bolsa subdeltoidea se sitúa por debajo del músculo deltoides, entre éste el manguito rotador. Aunque entre ambas se comunican y a veces se nombran en conjunto.
Síntomas
La bursitis agudas se caracterizan por hinchazón, dolor, sensibilidad y eritema que recubre y rodea la región de la bolsa afectada. Aunque en el hombro, al estar localizada profundamente, la bursitis a veces no cursa con hinchazón ni eritema observable.
También presenta dolor a la palpación sobre la propia bolsa. También existe dolor con el movimiento activo de la articulación ya que al contraerse los músculos de alrededor generan un aumento de presión sobre la bolsa sinovial. Sin embargo en reposo o con movimiento activo es menos dolorosa o indolora.
Con el movimiento del hombro pueden escucharse crepitaciones y la articulación puede volverse más rígida.
Causas
Muchas veces la bursitis en el hombro es idiopática, es decir, no tiene un origen conocido. Pero también existe muchas causas conocidas de bursitis en un hombro. Por ejemplo, la bursitis aguda aparece con mayor frecuencia e por traumatismos (o microtraumatismos repetidos) o infecciones.
Las lesiones articulares traumáticas como esguinces, distensiones, fracturas por sobrecarga o hemorragias en la bolsa pueden precipitar una bursitis no séptica.
El uso excesivo de una articulación o posturas incorrectas repetidas o mantenidas, también se han identificado como causas de bursitis en el hombro.
Pero esta patología también puede aparecer como manifestación de diversas artritis y artropatías como artritis reumatoide, espondiloartropatías, gota y otras formas de artritis y bursitis inducidas por cristales.
Un paciente que restrinja el movimiento de una articulación afectada, puede desarrollar contracturas secundarias y atrofia muscular en menos de una semana contribuyendo a la aparición de otras patologías como la capsulitis adhesiva. Por eso, si sufres de bursitis en un hombro es vital comenzar un tratamiento de fisioterapia temprano.
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